En el año 2001 se declara la inamovilidad laboral (es decir, no puede haber despidos), se crea el Banco Nacional de Desarrollo Social (Bandes) y, para el desarrollo de la mujer se funda el Banco de Desarrollo de la Mujer (Banmujer).
En abril se celebra en Quebec (Canadá), la cumbre de las Américas, en donde EE.UU. trató de imponer, para toda América Latina, un tratado de libre comercio (ALCA). Venezuela fue, en aquel momento, la única voz disidente, al pronunciarse en contra del ALCA y, proponiendo, a la vez, una organización latinoamericana independiente y autónoma. En diciembre de ese mismo año, Venezuela propone, formalmente, la Alternativa Bolivariana para América (ALBA), en el marco de la III Cumbre de Presidentes y Jefes de gobierno de la Asociación de Estados del Caribe. Esto no fue del agrado de los EE.UU., empeñado en imponer el ALCA a todos los países del hemisferio y al mismo tiempo, bombardeaba a Afganistán.
En medio de todo esto, el presidente Chávez lanza un conjunto de leyes habilitantes, 49 en total, entre los que destacan la Ley de Tierras y las demás dirigidas a las actividades esenciales sobre los que descansa la estructura económica del país: energía, minería, pesca, etc. De estas 49 leyes habilitantes debemos hacer especial mención a dos elementos claves que el capital no acepta ni cede un ápice: petróleo y tierras, ambas muy relacionadas, pues recordemos que la estructura económica del país presentaba, para el momento del triunfo de Chávez, una elevada concentración de la riqueza en pocas manos, siendo la tierra el elemento primario, con el latifundio como la gran unidad dominante, consolidado con la fracasada reforma agraria propuesta durante la administración de Rómulo Betancourt. El petróleo, por su parte, marchaba por el camino de la internacionalización que, afianzaba la dependencia hacia Las Siete Hermanas y garantizaba la hegemonía de EE.UU. y sus aliados.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV/99) prohíbe el latifundio por ser contrario al interés social (artículo 307), y la Ley de Tierras vino a establecer las bases del desarrollo integral y sustentable del campo.
El desarrollo sustentable es una vieja tesis, desarrollada por la ONU, que busca garantizar mejores condiciones de vida, incluyendo la protección del ambiente, para las futuras generaciones.
De acuerdo con esta ley, queda entendido como “… el medio fundamental para el desarrollo humano y crecimiento económico del sector agrario dentro de una justa distribución de la riqueza y una planificación estratégica, democrática y participativa, eliminando el latifundio como sistema contrario a la justicia, al interés general y a la paz social en el campo…” (Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. Art. 1/2001).
Luego de haber sancionado las leyes habilitantes de noviembre, comienzan, un paro nacional empresarial, el 10 de diciembre de 2001, acompañado de los medios privados de comunicación, organizaciones políticas de la derecha, la cúpula de la iglesia católica, a través de su Conferencia Episcopal; y el apoyo tanto financiero como militar, de EE.UU. debido a que en el Fuerte Tiuna, (el corazón Fuerza Armada), EE.UU. mantenía todavía su oficina para la asesoría, cooperación y alianzas en asuntos militares, mientras en su embajada montaba una “Oficina para la Transición Democrática”.
Para el año 2002, el gobierno crea el Ministerio de Educación Superior (hoy universitaria), mientras que en la quinta La Esmeralda de Caracas, se firma el llamado Pacto de Gobernabilidad, entre Fedecámaras, la CTV, la cúpula de la iglesia católica, partidos de oposición, militares retirados, y la llamada “sociedad civil”. Tal información se dió a conocer el 5 de marzo de 2002 a través de un cable enviado al Gobierno de EE.UU.,desde su embajada en Caracas.
También anunciaba que esas “bases para un acuerdo democrático”, constaban de diez principios “… por los que se guiará un gobierno de transición…”, y en un escueto comentario, un oficial de la embajada escribiría: “Otra pieza en su lugar”. Resulta que estas piezas habían estado llegando a Venezuela para reforzar el equipo de expertos diplomáticos de EE.UU; otras se convocaron a Washington para establecer las coordinaciones necesarias con los dirigentes del Pacto de La Esmeralda. En este sentido, uno de los venezolanos dirigentes, declaraba que el pacto de diciembre de 2001 “… es un pacto para nosotros… para guiarnos durante la transición y para establecer un gobierno de unidad democrática”.
Referencia:
Villalba, F. (2014) Historia de Venezuela Contemporanea. [libro en línea] disponible: http://bibliotecadigital.fundabit.gob.ve/wp-content/uploads/2019/09/historiavnzla4.pdf [Consulta: 2021, Abril 23]
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